La eliminación frente a Racing dejó al Millonario sin su chance directa de ingresar a la Libertadores 2026. El golpe en el Cilindro no solo cerró un año cargado de inconsistencias, sino que también lo obligó a mirar de reojo el desenlace del Torneo Clausura. El equipo de Marcelo Gallardo perdió la vía más accesible y hoy su futuro internacional se sostiene únicamente en lo que hagan otros rivales en la competencia.
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Hasta los octavos de final, River tenía el destino en sus manos: debía ganar el Clausura para asegurar su lugar en la Copa. Pero la derrota abrió un escenario mucho más complejo, donde el Millonario quedó atado a combinaciones ajenas y sin ninguna posibilidad de recuperar el control por mérito propio. A esto se sumó la reciente eliminación de Rosario Central, uno de los pocos clubes que podía favorecerlo en el cierre del torneo.
Hoy, River solo puede clasificar a la Libertadores si Argentinos Juniors, Boca o Lanús salen campeones del Clausura. Cualquiera de esos tres títulos liberaría un cupo en la tabla anual, dejando al Millonario como beneficiado por ocupar el cuarto puesto. La condición es clara: si el campeón ya tiene boleto garantizado o si se repite un clasificado, el cupo pasa automáticamente al siguiente en la tabla general del año.
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El caso de Lanús agrega una particularidad decisiva. El Granate ya aseguró su presencia en la Copa tras ganar la Sudamericana 2025 y, si también conquista el Clausura, dejará disponible su cupo en la tabla anual. Según el reglamento de la Conmebol, ese lugar debe asignarse al siguiente equipo mejor posicionado, y ese equipo hoy es River. Así, el Millonario solo podrá llegar al certamen continental a través de una combinación ajena, sin margen para volver a fallar.