El empate sin goles frente a San Lorenzo dejó algo más que dos puntos en el camino: también dejó a Maximiliano Salas fuera de las canchas por tres semanas. A los 18 minutos del primer tiempo, el delantero sintió un dolor repentino en su rodilla izquierda y pidió el cambio. Horas más tarde, el parte médico confirmó el diagnóstico: esguince del ligamento lateral interno, con un tiempo estimado de recuperación que pone en duda su presencia para la ida ante Libertad.
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Desde su llegada desde Racing a cambio de ocho millones de euros, Salas se ganó rápidamente el puesto. Convirtió en su debut ante Platense, aportó una asistencia en Córdoba frente a Instituto y, sobre todo, le dio al equipo agresividad, presión y sacrificio. Hoy no tiene un reemplazante natural en el plantel y eso preocupa a Gallardo.
El cuerpo técnico evalúa opciones. Una de las primeras es Juanfer Quintero, aunque su rol más retrasado y su falta de ritmo podrían jugar en contra. El colombiano viene de recuperarse de una larga inactividad y recién sumó sus primeros entrenamientos completos. Ian Subiabre, juvenil que viene pidiendo pista, también asoma como una alternativa.
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Pero todos los cañones apuntan a Sebastián Driussi. El delantero ex Zenit está en la etapa final de su recuperación por un esguince severo en el tobillo izquierdo. Podría sumar minutos ante San Martín de Tucumán y llegar con rodaje al duelo en Asunción. Su jerarquía y capacidad para jugar de espaldas lo convierten en el principal candidato para suplir a Salas.
Otra posibilidad es un cambio de esquema, sumando un mediocampista más y dejando a Colidio como único referente. Juan Cruz Meza y Juan Portillo podrían ser opciones en ese caso. Sin embargo, a Gallardo no le gusta resignar ataque, y jugar con un solo delantero no parece una carta viable en un cruce internacional.
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Por lo pronto, el objetivo es claro: no acelerar los tiempos. River necesita a Salas en su mejor versión para el tramo decisivo de la Libertadores. Mientras tanto, el Muñeco prepara el rompecabezas.