En Tucumán, River no logró sostener el ritmo y terminó cayendo 2-0 frente a Atlético, en un partido donde Marcelo Gallardo apostó por una formación con varios juveniles. Lautaro Rivero, uno de los defensores titulares, fue la voz del equipo después del encuentro y no dudó en remarcar lo ocurrido: "Fue un partido duro, entramos un poco desconcentrados, pero son cosas para aprender y mejorar. Vinimos con muchos chicos, pero siempre tenemos que estar preparados".
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El resultado dejó en claro las dificultades que tuvo el Millonario para hacer pie en una cancha históricamente complicada, pero también permitió ver la evolución de los jóvenes. Rivero, que con apenas 21 años comienza a afianzarse en el plantel, valoró la experiencia que significó para la camada de juveniles enfrentar a un rival con más oficio. "Son partidos que sirven para crecer, aunque duelan", aseguró el zaguero.
Gallardo utilizó este cruce para probar variantes, consciente de que el calendario cargado lo obliga a rotar. Más allá de la derrota, en Núñez valoran que los juveniles sumen minutos en contextos exigentes, sabiendo que cada rodaje fortalece su carácter. La apuesta conlleva riesgos, pero también la posibilidad de encontrar alternativas reales para lo que resta de la temporada.
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Ahora, el desafío de River será dejar atrás lo sucedido en el José Fierro y enfocarse en lo que viene, con compromisos importantes en el plano local e internacional. Mientras tanto, futbolistas como Rivero siguen acumulando experiencias que les permitirán estar listos cuando se los necesite. El traspié en Tucumán, más allá del marcador adverso, puede transformarse en un punto de partida para un aprendizaje colectivo.