River busca motivos para creer en la remontada tras el 1-2 en el Monumental y la floja actuación del equipo alternativo en Tucumán. Uno de ellos aparece en las estadísticas: Palmeiras acumula siete llaves de Libertadores sin poder ganar en su estadio, el Allianz Parque, donde el próximo miércoles se jugará la revancha decisiva. Un registro que prende una luz de ilusión en Núñez.
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Desde 2022, el equipo paulista se acostumbró a definir en casa gracias a su buen rendimiento en fases de grupos, pero le costó cerrar los partidos en San Pablo. Hubo empates ante Atlético Mineiro, Boca, Deportivo Pereira, Botafogo y Universitario, además de aquella igualdad con Athletico Paranaense que derivó en eliminación. La última caída en Brasil fue ante River en la semi de 2020, aunque igual logró avanzar.
El contraste está en que Palmeiras casi siempre resolvió las series como visitante. Cuando ganó afuera, avanzó: fueron cuatro clasificaciones, una de ellas por penales. En cambio, cuando no pudo sacar ventaja lejos de San Pablo, terminó eliminado. Por eso, aunque el Allianz es una fortaleza por público y césped sintético, los números alimentan la esperanza del Millonario.
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El reto para River es mayúsculo, no solo por la jerarquía del rival, sino también por sus propias dudas. Sin embargo, el antecedente estadístico muestra que Palmeiras no siempre impone condiciones en su casa en partidos de eliminación directa. Esa es la carta a la que se aferra el plantel de Gallardo para pensar en otra gesta copera y volver a soñar con las semifinales.