La situación de Paulo Díaz en River ya no admite matices: es transferible y su ciclo está prácticamente cerrado. Marcelo Gallardo lo dejó afuera de los últimos partidos del año, una señal clara de pérdida de terreno, aunque sin la comunicación directa que sí recibieron otros futbolistas. Con contrato hasta fines de 2027, el chileno seguirá en el club solo hasta que llegue una oferta concreta, algo que tanto el jugador como River consideran necesario para renovar el plantel.
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La dirigencia pretende negociar su salida sin exigir el monto total de la cláusula de rescisión, fijada en 10 millones de dólares. Están dispuestos a aceptar una cifra menor con tal de destrabar su futuro. Las alternativas que aparecen en el horizonte son conocidas: Arabia Saudita vuelve a asomarse como el destino más viable, mientras que en Chile se ilusionan con Colo-Colo, aunque su elevado salario representa una traba difícil de superar. También surgieron menciones a México y Estados Unidos, aunque sin interés firme.
El principal obstáculo es justamente su salario. Paulo Díaz, según reveló Diario Olé, no está dispuesto a reducir sus ingresos para facilitar una salida y sumar minutos en otro club. Al tener uno de los sueldos más altos del fútbol argentino, esta postura complica cualquier operación, ya que muy pocos equipos fuera del fútbol árabe pueden igualar sus pretensiones económicas. Esa decisión personal estrecha el margen de maniobra para River.
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Mientras espera una oferta que satisfaga a todas las partes, el defensor continuará entrenándose con el plantel profesional pese a no ser considerado por Gallardo. La intención del club es resolver su futuro cuanto antes para liberar un cupo y ajustar el mercado de pases, pero la postura del propio jugador podría prolongar la negociación más de lo esperado y condicionar las prioridades del Millonario.