Miguel Borja fue protagonista del momento más doloroso de la derrota de River frente a Gimnasia en el Monumental. A los 60 minutos del segundo tiempo, el delantero colombiano tuvo en sus pies la chance de empatar el partido desde los doce pasos, pero su remate fue atajado por Nelson Insfrán. La bronca en las tribunas fue inmediata y el foco de las críticas apuntó directamente hacia él, que volvió a quedarse sin convertir en un momento determinante.
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Horas después del encuentro, Borja eligió romper el silencio con un posteo en su cuenta de Instagram. En un mensaje cargado de fe, el atacante escribió: "Gloria a ti, mi Dios, por este momento difícil, porque no tengo dudas de que me hará más fuerte y me ayudará a aumentar mi fe". Y añadió: "No quisiera estar pasando por este tiempo de desierto, pero esto aún no termina. Queda mucha historia por contar y tengo la certeza de que saldré victorioso". Su reflexión, acompañada de una foto suya durante el partido, buscó transmitir serenidad en medio del ruido.
El texto rápidamente generó repercusión entre los hinchas, que se dividieron entre quienes le reprocharon su falta de eficacia y quienes valoraron su actitud de dar la cara. Muchos destacaron su mensaje espiritual y su compromiso, interpretando sus palabras como una señal de fortaleza interior. En paralelo, desde el cuerpo técnico se supo que Marcelo Gallardo mantuvo una charla privada con él tras el partido para contenerlo y pedirle máxima concentración de cara al Superclásico.
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El colombiano, que atraviesa una racha negativa sin goles, tendrá la gran oportunidad de reivindicarse en La Bombonera. El próximo domingo, ante Boca, Borja buscará transformar el golpe en motivación. En un River golpeado futbolísticamente, su temple y su fe podrían convertirse en las armas más valiosas para intentar revertir la historia en el duelo más esperado del año.