Di Carlo asumió oficialmente el lunes tras imponerse en las elecciones del 1 de noviembre. En su discurso, reconoció el mal momento deportivo y pidió confianza: "Estamos en un momento que no nos representa, pero la unión nos va a sacar adelante". La presencia de referentes históricos como Trezeguet y Domínguez reforzó el mensaje de continuidad institucional y de compromiso con la historia del club.
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Este martes, junto a Enzo Francescoli, el presidente visitó al plantel y mantuvo una charla con Gallardo y los jugadores. El objetivo fue transmitir respaldo y alinear el discurso antes del duelo ante Boca, que marcará su primer partido de gestión. En la práctica, se percibió un clima de concentración total, con un mensaje claro de unidad y compromiso de cara al desafío que se aproxima.
La reunión dejó una señal clara: la nueva conducción buscará sostener el proyecto deportivo, aunque con autocrítica y urgencias. Gallardo, por su parte, encara una semana clave, sin Driussi ni Colidio, obligado a ganar para no perder terreno en la tabla anual. En el cuerpo técnico saben que el Superclásico puede ser un punto de inflexión anímico y futbolístico para el futuro inmediato.
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El Superclásico aparece como el punto de partida simbólico del ciclo Di Carlo, un examen inmediato para medir la fortaleza de un River que busca reencontrarse con su identidad. Una victoria no solo aliviaría las críticas, sino que también podría marcar el comienzo de una nueva etapa de estabilidad y confianza en Núñez.