Marcelo Gallardo y Abel Ferreira tienen una historia compartida que va mucho más allá de lo futbolístico. El portugués, casi obsesionado con el Muñeco, llegó a comprar libros sobre su metodología y lo llenó de elogios cada vez que pudo, incluso luego de eliminar a River en la Libertadores 2020. Pero en Núñez todavía resuena la frase provocadora sobre aquellas supuestas botellas de champagne que habrían llevado a San Pablo.
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La relación, en ese sentido, siempre fue asimétrica: Ferreira se mostró fascinado con Gallardo, mientras que el DT argentino nunca le dio demasiada importancia a esa devoción. Incluso en su propio cuerpo técnico molestaron algunas declaraciones del portugués, entendidas como condescendientes o innecesarias. El abrazo posterior a la semifinal de 2020, con Abel hablándole al oído y MG mirando incómodo, fue la postal de esa diferencia.

Más allá de lo personal, el choque táctico promete ser de alto vuelo. Gallardo llega con dudas en la formación tras el triunfo ante Estudiantes, donde probó un esquema con tres defensores que podría repetir ante Palmeiras. En el medio, la suspensión de Galoppo abre interrogantes: ¿apostará por Castaño para reforzar la marca, o se la jugará con Quintero o Lencina para tener más peso ofensivo? También queda por resolver si apuesta a un tridente con Colidio y Borja juntos.
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En Brasil, Ferreira vive una situación similar: pese a los resultados positivos, la crítica apunta a que su equipo no transmite total confianza en los partidos más exigentes. Algo que, curiosamente, también se le achaca a River en Argentina. Por eso, el cruce no solo pondrá en juego el pase a semifinales, sino también la credibilidad de dos entrenadores que están bajo la lupa en sus países.

El miércoles en el Monumental comenzará un capítulo más de esta particular rivalidad. Gallardo y Ferreira se vuelven a cruzar, con pasado, presente y futuro en juego. Uno busca reafirmar su legado; el otro, demostrar que puede vencer a su ídolo.