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Bajo el intenso calor del Gigante de Arroyito, River volvió a tropezar en un duelo repleto de tensión. Fue 2-1 ante Rosario Central, con goles de Franco Ibarra e Ignacio Malcorra para el local y de Miguel Borja para el Millonario. Más allá del resultado, la nota la dio el arbitraje de Yael Falcón Pérez, que terminó el encuentro rodeado de reclamos y con ocho tarjetas amarillas, una roja y varias decisiones que desataron la bronca de todo Núñez.
Marcelo Gallardo no esquivó el tema en conferencia de prensa. Si bien intentó mantener la calma, dejó frases cargadas de significado sobre el rol de los árbitros y el sistema en general: "No voy a hablar puntualmente del arbitraje. No voy a ser el único que habla, te quedas muy solo. Muchos callan, pocos levantan la voz", expresó el Muñeco, marcando distancia pero dejando entrever su descontento con el manejo del encuentro.
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Luego, fue aún más contundente al referirse a la dificultad de señalar errores sin recibir sanciones: "No te queda otra que adaptarte al sistema. El que habla a veces es sancionado, no te queda otra que callarte. Los árbitros se equivocan, un día para vos, otro para el otro". Las palabras del técnico reflejaron el fastidio de un River que, entre goles anulados, amarillas en cadena y una expulsión polémica, volvió a sentirse condicionado.
Con este resultado, River encadena cinco partidos sin ganar entre Copa Libertadores y torneo local, en un contexto que preocupa. Pero lo que más ruido dejó en Rosario no fue el marcador, sino el mensaje de Gallardo: uno que apunta más allá del partido, hacia un sistema que, según él, ya no permite hablar.