El paso de River por Tucumán dejó más sombras que certezas. Con una formación alternativa, Marcelo Gallardo buscó dar rodaje a jugadores que venían con menos minutos, pero el rendimiento fue muy bajo y el 0-2 contra Atlético marcó la primera caída del semestre a nivel local. "Fue un partido incómodo, ni colectiva ni individualmente estuvimos bien. Es difícil sacar conclusiones de un encuentro así", reconoció el técnico tras la derrota.
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Lejos de dramatizar, el Muñeco rápidamente giró la cabeza hacia Brasil. Consciente de que la serie ante Palmeiras está abierta, resaltó la importancia de la preparación mental y la frescura física para afrontar la revancha: "Tenemos que ir a ganar, no nos queda otra. Hay un gol de diferencia y vamos a jugarlo con la determinación que corresponde. Un buen partido nos puede poner otra vez en carrera".

El entrenador también se refirió al césped sintético del Allianz Parque, un aspecto que suele incomodar a los equipos argentinos. "Es distinto, rápido, pero no tiene que interferir en la preparación. Ya lo conocemos", aclaró. Además, mostró preocupación por los goles de pelota parada recibidos en los últimos encuentros: "La atención es clave, no es sólo cómo marcás, sino el enfoque mental".
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Con un mensaje de confianza, Gallardo remarcó que lo ocurrido en el segundo tiempo en el Monumental debe ser el espejo para buscar la hazaña en San Pablo. "Mostramos otra cara y eso es lo que necesitamos sostener. Es una gran oportunidad, no algo imposible. Vamos a preparar el partido con la energía que requiere una historia nueva", cerró el DT, que buscará una remontada de las que marcan época.