River atraviesa un momento crucial de la temporada. Tras quedar eliminado de la Copa Libertadores y sufrir una seguidilla de cuatro derrotas en el Torneo Clausura, el equipo de Marcelo Gallardo consiguió un respiro al vencer 2-0 a Talleres en Córdoba. Ahora, la meta está clara: ganar los tres encuentros que quedan en el campeonato local para sellar su clasificación al certamen continental más importante.
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El fixture no le da respiro. Primero recibirá a Gimnasia en el Monumental, luego deberá visitar a Boca en un superclásico que puede definir gran parte del año, y finalmente cerrará ante Vélez en Liniers. Con apenas dos puntos de ventaja sobre su clásico rival en la tabla anual, River no tiene margen de error. Si consigue los nueve puntos, asegurará su lugar en la Libertadores sin depender de lo que ocurra con el Xeneize.
Además, la Copa Argentina aparece como un camino alternativo, aunque igualmente exigente. El viernes 24 de octubre enfrentará a Independiente Rivadavia por las semifinales, y en caso de ganar, accederá a la final contra Argentinos o Belgrano. Una victoria en ese certamen también le daría la clasificación directa al torneo continental, algo que aliviaría la presión de los partidos del Clausura.
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Con el superclásico del 9 de noviembre como fecha marcada en rojo, River se prepara para disputar tres finales que pueden definir su temporada. Gallardo busca devolverle al equipo la solidez perdida y, sobre todo, asegurar su presencia en la próxima Copa Libertadores, el objetivo que el club considera innegociable.