En River esperaban su regreso con entusiasmo. El mediocampista estaba entrenándose sin los puntos de sutura que venía arrastrando luego del corte sufrido frente a Palmeiras. Sin embargo, su retorno al equipo sufre un retraso inesperado por una molestia persistente en la rodilla, lo que pone en duda su presencia frente a Talleres.
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El cuerpo técnico y el cuerpo médico optaron por no apurarlo: saben que su recuperación tiene que ser progresiva para evitar recaídas. Además, las variantes en ese sector del mediocampo no abundan, por lo que su ausencia complicaría más el armado táctico del equipo, pero apurarlo y que prosiga una lesión daría más problemas que soluciones.
La situación no deja de generar preocupación. En la previa de partidos exigentes, contar con su voz, su recorrido y su manejo de partido es una ventaja que River ya extraña. Que no esté disponible ante Talleres sería un golpe simbólico más en medio de un momento lleno de incertidumbre por todas las lesiones que hoy el club contiene.
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Si no llega para ese duelo, el club deberá reordenar su esquema y planificar alternativas que sustituyan no solo en capacidad, sino el peso que él genera en el vestuario. Enzo Pérez, por ahora, sigue siendo clave; pero su regreso ahora es una incógnita y Gallardo deberá nuevamente lidiar con las lesiones como ya viene pasando hace meses, y cada vez se agiganta más el problema.