La serie entre River y Palmeiras todavía no comenzó en la cancha, pero ya se juega fuera de ella. La preocupación por la seguridad es máxima, sobre todo después de la feroz batalla en Avellaneda entre Universidad de Chile e Independiente, que terminó con heridos graves y la descalificación del Rojo en Sudamericana. Por eso, desde la semana pasada se mantienen contactos entre los encargados de seguridad de Buenos Aires y San Pablo para coordinar medidas estrictas.
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El plan contempla que todos los hinchas que compren entradas (tanto brasileños en el Monumental como argentinos en el Allianz Parque) estén identificados con nombre, apellido y DNI. Además, el ingreso será con reconocimiento facial, una herramienta que ya se aplicó en partidos de riesgo en Brasil. El objetivo es impedir el acceso de personas con antecedentes violentos y evitar excesos policiales, un problema recurrente en los estadios brasileños.
En cuanto a la distribución de tickets, Palmeiras informó que otorgará 2.000 lugares para los hinchas de River en la revancha del 24 de septiembre en San Pablo, la mitad de lo que pretendía la dirigencia millonaria. Esa cifra cumple con el mínimo exigido por la Conmebol, aunque en Núñez todavía buscan ampliarla. En reciprocidad, el mismo cupo recibirán los brasileños para la ida en el Monumental, programada para el 17 de septiembre.
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El precio de las entradas visitantes en el Allianz Parque rondará los 70.000 pesos argentinos (unos 280 reales o 51 dólares). Si bien la cifra de hinchas millonarios en San Pablo será menor que en la serie ante Libertad, lo central pasa por garantizar la seguridad de todos. River y Palmeiras afrontarán un cruce caliente dentro y fuera de la cancha, y la prioridad será evitar que los incidentes empañen una serie que promete ser electrizante.