El triunfo de Palmeiras en el Monumental no solo se midió en el resultado deportivo, sino también en lo que significó el ambiente que se vivió en Núñez. La hinchada de River hizo sentir su peso en cada jugada, con una intensidad que sorprendió incluso a los propios protagonistas del encuentro. Para el visitante, el marco fue tan imponente que se convirtió en un factor digno de destacar más allá de lo que pasó dentro del campo de juego.

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Fue Felipe Anderson, delantero del Verdao, quien expresó esa sensación una vez finalizado el encuentro. "Es muy bueno jugar en ambientes así, es una experiencia maravillosa para todos", reconoció, aludiendo al aliento ensordecedor que bajaba de las tribunas. Según explicó, son esas vivencias las que terminan marcando la diferencia para cualquier futbolista, y más aún en una competencia internacional como la Copa Libertadores.

El brasileño también subrayó que este tipo de atmósferas pueden tener un doble filo: potencian al local, pero al mismo tiempo invitan al visitante a reforzar su carácter competitivo. Palmeiras aprovechó el envión de su inicio de partido y lo transformó en ventaja, algo que le permitió sobrellevar mejor la presión del Monumental y terminar con una sonrisa en la ida de los cuartos de final.
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River, en cambio, se lleva la necesidad de dar vuelta la serie en Brasil ante un gran rival, pero también la confirmación de que su casa sigue transmitiendo un condimento especial para los contrincantes. El Monumental volvió a dejar huella, incluso en la voz de los rivales, que lo señalan como un escenario de esos que no se olvidan.