El choque entre River y Racing por la Copa Argentina ya empezó a jugarse en la previa. Gustavo Costas, con su estilo frontal, le agregó un condimento especial a la llave con una chicana dirigida a Maxi Salas, ex delantero de la Academia y hoy figura millonaria. El entrenador reconoció que el partido será distinto por ese morbo, y además analizó el rendimiento de su equipo. Con humor, ironía y autocrítica, Costas volvió a instalar a Salas en el centro de la escena.
En una entrevista con ESPN, el técnico sorprendió con un mensaje directo hacia el delantero de River. "Esperemos que no juegue como cuando jugaba con nosotros… que se equivoque bastante, je", lanzó entre risas, pero dejando entrever que la herida todavía duele. Aunque intentó suavizarlo con humor, sus palabras dejaron claro que la salida de Salas de Racing sigue siendo un tema sensible para él. El cruce, inevitablemente, ya se tiñe de morbo.
Lejos de restarle importancia, el propio Costas subrayó que esta llave no es un partido más. "Era un clásico, pero ahora es un clásico con un plus por todo lo que se vivió de Maxi", sostuvo. Esa referencia refuerza la idea de que el delantero sigue marcando la agenda en Avellaneda, incluso estando en Núñez. Para Racing, enfrentar a River siempre es un desafío, pero hacerlo con Salas del otro lado parece ser un capítulo aparte.
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Más allá del cruce personal con el ex Racing, Costas también se refirió al presente de su equipo. "Sabemos cómo tenemos que jugar. Son esos partidos que no tenés que jugarlos, tenés que ganarlos", remarcó. En ese sentido, destacó la importancia de la concentración y el aspecto mental, claves para afrontar una serie de eliminación directa. El DT dejó en claro que ante River no hay margen para errores ni distracciones.
El entrenador, de todos modos, no esquivó la autocrítica. "Da bronca que no podamos estar concentrados en el torneo como en la Libertadores. Es todo mental. Igual, no es una excusa", reconoció. Para Costas, Racing todavía no muestra el nivel que pretende en el plano local, y esa irregularidad genera preocupación. El DT sabe que, ante un rival como River, cada detalle puede marcar la diferencia en el resultado final.
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Lo cierto es que la historia entre Costas y Salas todavía sigue. El entrenador insiste en mencionarlo cada vez que puede, incluso a través de chicanas públicas. Ese ida y vuelta no hace más que sumar condimento a un partido que ya venía cargado por sí solo. River y Racing jugarán un clásico con sabor especial, donde el delantero buscará responder en el lugar donde más duele: adentro de la cancha. El morbo, de mínima, ya está asegurado.