El temblor empezó en la Bombonera, pero el impacto final sacudió Núñez. La derrota en el Superclásico dejó heridas profundas en River y un vestuario encendido. Según trascendió, Marcelo Gallardo explotó tras el 0-2 ante Boca: suspendió la conferencia de prensa y obligó a sus futbolistas a enfrentar los micrófonos. "Vayan a dar la cara", habría sido el reto del DT, cansado de asumir él solo las responsabilidades de un equipo que no levanta cabeza y acumula nueve derrotas en los últimos once partidos.
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En ese contexto, sorprendió ver a varios jugadores de River hablando en la zona mixta, algo inusual en el plantel. Lucas Martínez Quarta fue el primero en dar un paso al frente y, con dureza, reconoció el mal momento: "Fue pura mierda. No estuvimos a la altura. Mentalmente estamos dejando mucho que desear. Le pedimos perdón a la gente. Necesitamos hombres", lanzó el defensor. También se sumaron Franco Armani, Juan Fernando Quintero y Gonzalo Montiel, cuatro referentes que, según cuentan, sintieron el peso de tener que responder por la dura caída.
Gallardo, mientras tanto, se mostró visiblemente molesto durante el partido. Sus gestos lo decían todo: se tomaba la cabeza, gesticulaba y apenas cruzaba palabra con sus ayudantes. Según reveló el periodista Gustavo Yarroch en ESPN, el Muñeco hervía por dentro y decidió cortar de raíz su rutina habitual: "Ahí los tenés a los jugadores", respondió cuando le consultaron si iba a hablar con la prensa.
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El golpe en la Bombonera no solo fue anímico, también deportivo. River quedó en zona crítica, fuera del repechaje a la Copa Libertadores y con el riesgo de no clasificar ni siquiera a los playoffs. La victoria de Argentinos Juniors lo desplazó del tercer puesto de la tabla anual, y un nuevo tropiezo ante Vélez podría convertir el cierre de temporada en una pesadilla.