Desde las primeras horas de la mañana, River vivió una jornada especial. En medio de la elección de nuevas autoridades, Jorge Brito fue uno de los primeros en llegar al Monumental para votar. Vestido con un buzo canguro de River (un detalle poco habitual en su imagen pública), Brito eligió mostrarse distendido, en contraste con su habitual perfil institucional.
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"Se me vienen cosas lindas a la cabeza. Estoy muy contento de ver a la gente feliz, eso es un orgullo. A los más jóvenes les digo que hablen con sus padres y abuelos, que conozcan la historia de River", expresó con tono reflexivo. Luego, envió un mensaje de continuidad política dentro del club: "Con Stefano Di Carlo buscamos seguir con el proceso iniciado en 2013. Hicimos mucho, nos equivocamos también, y a Stefano le dije que tiene que mejorar todo lo que nosotros hicimos mal".
Brito también se refirió a la reciente reforma estatutaria que reduce los mandatos presidenciales a cuatro años, sin reelección inmediata. "Cuanta más rotación haya en el club, mejor. Ser presidente de River es una entrega total, hay que dedicarle la vida. Con este cambio me hice un favor a mí y a los que vengan después", explicó, dejando entrever el desgaste que supone conducir a una institución de la magnitud del Millonario.
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Por último, realizó un balance de gestión cargado de orgullo. "Plasmamos lo que es el movimiento popular más grande del mundo: los 350.000 socios de River. Lo demostramos al mundo con el Monumental, una obra de 200 millones de dólares hecha sin jeques ni capitales externos, solo con el esfuerzo de los socios", subrayó.