La defensa y el mediocampo fueron dos sectores con varios problemas para Marcelo Gallardo en este segundo semestre. Para reforzar esas zonas, en el mercado de pases llegaron Sebastián Boselli y Lautaro Rivero para la defensa, repescados de sus clubes tras estar a préstamo, y Juan Portillo con Matías Galarza Fonda para el mediocampo, en un combo Millonario.
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En el medio, los problemas persisten porque nadie logra consolidarse en la posición que ocupaba Enzo Pérez. Portillo de a poco se está asentando, mientras que en la defensa central las bajas se fueron acumulando: primero la lesión de Martínez Quarta, después las molestias de Paulo Díaz y finalmente la rotura de ligamentos de Germán Pezzella.
En ese escenario, los juveniles que llegaron en el mercado de pases ayudaron a salvar varias situaciones críticas. Pero fue Lautaro Rivero quien logró afianzarse a lo largo de ocho partidos, incluyendo la titularidad ante Palmeiras por la Copa Libertadores, y hoy se perfila como jugador fijo. Con agresividad, firmeza en la marca y temperamento para atravesar distintos momentos del partido, se ganó un lugar, aunque la disputa sigue abierta entre Lucas Martínez Quarta y Paulo Díaz.
A pesar de su trayectoria y nivel, los defensores no siempre rinden en partidos determinantes. Paulo Díaz tuvo un rendimiento irregular en la ida ante Palmeiras, cometiendo más faltas que pases efectivos, y Martínez Quarta fue expulsado ante Estudiantes, obligando al equipo a jugar 70 minutos con 10 hombres.
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Por eso, para una final como la que se vivirá ante Racing en la búsqueda del pase a la siguiente etapa de la Copa Argentina, Lautaro Rivero se perfila como uno de los titulares fijos, mientras que el segundo central será elegido entre los jugadores de mayor trayectoria. El Gigante de Arroyito vivirá unos cuartos de final que se jugarán con la intensidad de una verdadera final en el mata-mata copero.