River necesita gol y Facundo Colidio encendió las luces de alarma. El atacante, quien supo ser carta fija en el ataque, hoy es alternativa y perdió la continuidad que lo hizo destacar; su rendimiento irregular lo terminó relegando al banco y el cuestionamiento de la gente es cada vez más fuerte, más aún teniendo en cuenta el contexto que hoy River atreviesa.
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La estadística no deja lugar a dudas: Colidio lleva 670 minutos sin convertir, distribuidos en 12 partidos (ocho como titular y cuatro ingresando desde el banco), y su último festejo fue el 19 de julio en la goleada 4-0 ante Instituto en el Kempes. Ese dato explica por qué su figura, antes influyente, hoy resulta intermitente y motivo de debate entre hinchas y cuerpo técnico.
¿A qué se debe la caída? Hay factores colectivos e individuales: la confusión futbolística que atraviesa River reduce las sociedades en ataque, y Colidio, en varios partidos, mostró decisiones dudosas y falta de claridad en la definición. Marcelo Gallardo lo ha utilizado como revulsivo en varias ocasiones, confiando en su cambio de ritmo, pero hasta ahora el impacto no aparece con la regularidad necesaria.
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La urgencia es clara, Colidio necesita recuperar confianza y eficacia ya mismo. En la probable formación para los próximos compromisos aparece como opción junto a Maxi Salas o Miguel Borja, lo que le ofrece una vía para reivindicarse desde un rol más definido. Si no vuelve a convertir pronto, la presión mediática y del hincha podría terminar por acelerar decisiones tácticas y de mercado.