La ilusión de volver a ver a Sebastián Driussi en el corto plazo deberá esperar un poco más. Aunque todavía restaban entrenamientos por delante, el delantero fue descartado para el clásico frente a Independiente. Su tobillo izquierdo, ese que lo obligó a salir en Seattle hace casi 50 días, aún no está listo para la exigencia y en River no quieren apurar absolutamente nada.
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Desde aquel "me rompí todo" tras marcarle a Urawa Red Diamonds en el Mundial de Clubes, la preocupación fue mutando en alivio. No hubo rotura, pero sí un esguince importante en el ligamento interno que demandaría dos meses de recuperación. Y aunque al principio pareció que podía volver antes, el Gordo tuvo que levantar el pie del acelerador.
En las últimas prácticas, cada vez que intentó subir la intensidad, el dolor reapareció. Por eso, los médicos decidieron frenar y enfocarse en trabajos específicos en el gimnasio y con los kinesiólogos. Lleva siete goles en 22 partidos en el año y su regreso se espera con ansias, pero el objetivo es que lo haga al 100%.
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La ausencia ante el Rojo en Avellaneda no solo se siente por lo que representa Driussi, sino porque Maximiliano Salas también está lesionado y Miguel Borja no atraviesa su mejor momento en su racha goleadora. Gallardo evalúa alternativas, pero sin intención de forzar al punta, con el fin de no perderlo por un error de tiempos.
La gran duda ahora es si podrá estar en la ida ante Libertad, el próximo miércoles. Sin ritmo futbolístico, parece difícil que viaje a Paraguay. Lo más probable es que apunte a sumar minutos ante Godoy Cruz el 17 de agosto y llegue con rodaje a la revancha copera en el Monumental. Mientras tanto, toca seguir esperando por el ex-Zenit.