Cuando el partido frente a Instituto todavía estaba abierto y el Millonario no lograba sacar una ventaja definitiva, Marcelo Gallardo sorprendió con dos modificaciones inesperadas: salieron Paulo Díaz y Marcos Acuña, referentes en defensa y mediocampo. Las cámaras mostraron rostros de preocupación, pero la explicación llegó minutos después.
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Ambos futbolistas venían con molestias desde el primer tiempo y, a medida que el encuentro se volvió más friccionado, el riesgo de una lesión mayor creció. En ese contexto, Gallardo optó por preservarlos, pensando en lo que se viene. Aunque el momento del cambio generó incertidumbre, no se trató de una cuestión física grave.
"Sentí una sobrecarga y preferimos no arriesgar más de la cuenta", explicó el defensor chileno tras el encuentro. A su vez, desde el entorno del cuerpo técnico informaron que las dolencias no comprometen su presencia en el próximo compromiso, ante San Lorenzo en el Monumental, el domingo 27 de julio a las 20:45.

A pesar de no completar los 90 minutos, Díaz y Acuña tuvieron un rendimiento sólido. El ex Sevilla recuperó protagonismo con 4 centros precisos, ganó 4 de 6 duelos individuales y probó desde afuera del área en una jugada clara. En tanto, el zaguero ganó el 100% de sus disputas y sumó 4 recuperaciones clave, siendo uno de los más seguros del fondo.
La jugada que encendió las alarmas fue un cruce caliente entre Acuña y Fernando Alarcón, que por momentos pareció desbordarse. Ambos jugadores se encararon tras una entrada dura y la tensión escaló hasta rozar la expulsión. El árbitro resolvió con una advertencia, pero el Huevo terminó el tramo final entre gestos de dolor y fastidio.